A lo largo del desarrollo de las diferentes actividades propuestas en el Centro Infantil Jesús Amigo, se evidenció una coherencia didáctica centrada en el juego, la exploración y la expresión libre, como ejes fundamentales del proceso de enseñanza-aprendizaje en la educación infantil. Las planeaciones abordaron dimensiones esenciales del desarrollo, como la motricidad gruesa, la motricidad fina, la creatividad, la expresión emocional y el trabajo colaborativo.

Se pudo observar que el uso de materiales accesibles y actividades lúdicas favoreció el interés y la participación activa de los niños. En sesiones como "La magia de los colores" y "Manos de colores", los niños exploraron mezclas, expresaron emociones a través del color y demostraron comprensión de conceptos básicos mediante el arte. Por otro lado, actividades como "¡Supera el reto, campeón!" permitieron evidenciar avances en coordinación motora, superación personal y habilidades sociales como el apoyo mutuo y el respeto por turnos.

A nivel metodológico, las estrategias empleadas promovieron un ambiente seguro, afectivo y motivador, lo que fortaleció la autonomía, la toma de decisiones y la autoestima de los niños. La evaluación afectiva (preguntar cómo se sintieron, qué aprendieron o descubrieron) brindó espacios de escucha significativa, fomentando el reconocimiento de sus emociones y experiencias.

En cuanto a la mediación pedagógica, se destacó la importancia del rol del adulto como guía flexible, más que como transmisor. La observación constante y la adaptación al ritmo del grupo fueron clave para permitir que los niños se expresaran de forma auténtica y espontánea.

Este análisis permite concluir que una práctica basada en el respeto por el niño, la creatividad, el movimiento y la exploración activa, no solo estimula el aprendizaje cognitivo, sino que también fortalece vínculos afectivos, habilidades sociales y el desarrollo integral de cada infante.